De adolescente trabajó en el taller de unos hermanos escultores, más tarde, a los 17, se dedicó a pintar abanicos, momento en el que adquirió el gusto por las piezas de gran luminosidad y las pinceladas rápidas.
A los 21 entró en el taller de Gleyre, donde conoció a muchos de sus futuros colegas del movimiento.
Sus primeros cuadros fueron de corte clásico, y no cambió hasta que no le dejó su amante, Lise Tréhot. Después de esto, se dedica a retratar paisajes y la vida social de la ciudad, en todos sus temas, el énfasis y la vitalidad lo pone en la juventud. También realizó un pequeño trabajo ilustrando un libro de Zola.
Posteriormente pasa por un período en el que mezcla las características del impresionismo y de la pintura clásica.
En 1915, después de haber sufrido fuertes reúmas y tras la muerte de su esposa, se queda en silla de ruedas, pero no por ello dejará de pintar.
ALGUNAS OBRAS:
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